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Rocky, Pimpón y Terry: del abandono a la esperanza, tres perritos rescatados que vencieron a la muerte

En el marco del Día Internacional del Animal sin Hogar, que se conmemora en agosto de cada año, compartimos la historia de Rocky, Pimpón y Terry, tres víctimas de la desidia y la indiferencia que fueron recuperados de la vía pública al borde de la muerte. Hoy, gracias al liderazgo del nuevo presidente del IBA, Guillermo Hasbún, al trabajo y esfuerzo del equipo de IBA y la férrea voluntad de los caninos, están listos para escribir una nueva historia.

A inicios de junio, la imagen de Rocky, moribundo, inmóvil y con su cuerpecito hasta los huesos inundó las redes sociales del Instituto de Bienestar Animal (IBA) y causó indignación entre la gente, por la forma en que fue abandonado.

El nuevo presidente de la autónoma, Guillermo Hasbún, de inmediato tomó la decisión de rescatar a este perrito y dio la indicación al equipo operativo de hacer todo lo posible por salvarlo.


Un trabajo coordinado con la municipalidad permitió que el canino realizara un viaje de cinco horas desde La Unión, donde fue encontrado, hasta San Salvador y llevado de emergencia al hospital Chivo Pets.

Además de estar esquelético, estaba decaído, temblaba y no podía sostenerse en pie. Los exámenes médicos determinaron que tenía problemas dermatológicos serios, complicaciones renales y hepáticas y padecía de hemoparásitos.


Marielos Campos, del área operativa, fue de las primeras en recibir a Rocky, recuerda que pese a estar débil, lucía nervioso y desconfiado.

La médico veterinaria Amanda Segovia, de la Unidad de Animales de Compañía del IBA, explica que desde que Rocky llegó, el equipo de médicos se activó, y bajo el liderazgo del presidente Guillermo Hasbún, se comprometió a salvarle la vida.


“De inmediato se le colocó suero y se le comenzó a dar antibióticos y tratamiento para la piel, baños y curaciones dérmicas y se le cambió la dieta. No se movía, solo dormido pasaba”, recuerda la doctora Segovia, quien ha estado muy cerca de Rocky.

El suministro diario de varios fármacos, baños medicados, suero, terapias físicas y sobre todo una enorme dosis de paciencia y amor, han hecho que hoy, Rocky corra feliz por los pasillos del IBA y sea el inquilino más juguetón de todos.

Rocky era un perrito desahuciado, que estaba en los huesos. Pudimos buscarlo y darle una segunda oportunidad. Él es un guerrero para nosotros y un ejemplo de que, por casos como él, se merece seguir luchando”, dijo orgulloso el presidente del IBA, Guillermo Hasbún.


“Un día alguien me dijo: ¡le cambiantes la vida a Rocky! Ahí me puse a pensar qué hubiera sido de él si nadie hubiera denunciado su caso o el presidente no hubiera dado la indicación de asistirlo y todos nos comprometiéramos con su caso, quizás ya estaría muerto, y verlo ahora sano y bonito, nos llena de alegría”, añadió Marielos Campos.

El canino todavía sigue en tratamiento para mejorarle su peso y sanarlo de sus complicaciones renales y hepáticas, pero, de acuerdo con los médicos, tiene un excelente pronóstico.

Pimpón, cuatro patas de ternura y fortaleza

Anémico, esquelético y deshidratado, así fue encontrado Pimpón, un cachorro de alrededor de ocho meses que también fue rescatado el 11 de julio pasado, gracias a que una persona altruista lo había recogido de una calle en Santa Ana.

El titular de la autónoma, comprometido con rescatar y salvar al mayor número de perritos en condiciones vulnerables, de nuevo, ordenó a su equipo ir por Pimpón y salvarlo.


Luis Mendoza, del área Operativa del IBA, integró el equipo que lo trasladó a Chivo Pets y asegura que lo que más le impresionó fue la forma en que temblaba y su deplorable condición. “Estaba esquelético y deshidratado”, rememora. Pimpón fue atendido de emergencia, se le colocó suero y al igual que Rocky, tenía complicaciones graves de salud.

“Pimpón presentaba una condición corporal 2 de 5 y tenía crónicos problemas de piel, hongos y ácaros, infección bacteriana y prurito, la piel la tenía sumamente enrojecida y lacerada”, cuenta el doctor Luis Andrade del área de Animales de Compañía del IBA.



El canino también fue sometido a un fuerte tratamiento con antibióticos y antimicóticos, baños medicados y por supuesto, mucho cariño por todo el equipo médico del IBA.


Hoy, es difícil imaginar que ese cachorrito regordete y juguetón, con su pelaje café brillante y su mirada amorosa, es el mismo que hace poco más de un mes, temblaba ante el mínimo contacto con humanos.

Para todos los que se involucraron en su rescate, verlo sanar poco a poco, es la mejor recompensa. “Pertenecer al IBA es una experiencia única porque tenemos la oportunidad de salvar vida de los animales de compañía como Pimpón. Nosotros somos la parte operativa del rescate, pero la otra parte la hacen los doctores veterinarios. Cuando veo a Pimpón siento emoción y doy gracias a Dios que lo rescatamos para darle una nueva oportunidad”, expresa Luis Mendoza.

Terry, el paciente más amoroso

Terry es un perrito mestizo de enormes ojos café y es el consentido de todos, no solo por su empeño en salir adelante, sino porque se muestra como el paciente más amoroso y educado de todos los caninos que han sido atendidos por el equipo veterinario del IBA.


La doctora Juanita Hernández, quien recibió a Terry, cuenta que el canino llegó de La Unión sumamente delgado y con graves problemas de piel y dificultades para andar, ya que tenía su patita delantera lesionada debido a que fue atropellado.

“Se le hicieron exámenes y se comprobó que tenía erliquia (enfermedad causada por un parásito que destruye las células sanguíneas del perro) y anaplasma (afección transmitida por las garrapatas que puede poner en riesgo la vida), si no se iniciaba un tratamiento a tiempo podría tener hemorragia, anemia, plaquetas bajas y eso podría significar la muerte para él”, explica la doctora Juanita.



Terry fue sometido a un fuerte tratamiento para tratar la bacteria que le ocasionó la erliquia y vitaminas para mejorar su condición de sangre y pelaje. Además, a diario se le hacen los cambios en el vendaje de su patita y recibe fisioterapia, y aunque todavía no puede apoyarse con normalidad, el pronóstico es optimista.


A pesar de que los médicos saben que los tratamientos para perritos en situación de calle son complejos, aseguran que Terry es un cachorrito sumamente obediente y colaborador

“Terry es amistoso, es el mejor paciente que uno puede tener. Él se queda sumamente tranquilo, se deja hacer lo que sea, lo está lamiendo a uno como agradecido cuando lo atienden y se porta dócil y obediente”, cuenta la médica.

La doctora Juanita dice sentirse agradecida de que el país cuente con una entidad como el IBA que está ayudando a cambiar la cultura de irrespeto hacia los animales.

“Me duele que la gente no sea responsable, me ha tocado atender perros sumamente delgados y la gente no los quiere entregar. La gente dice que los quiere y están totalmente desnutridos y descuidados. Eso es difícil de ver y ya con el IBA y la ley, se les está haciendo conciencia de cuidarlos”, explica.

Los casos de Rocky, Pimpón y Terry son apenas una pequeña muestra de la enorme cantidad de perritos y gatitos que todos los días son rescatados por el equipo del IBA.

Animales que son maltratados, abandonados o atropellados y que no solo requieren asistencia de emergencia y tratamientos, sino el compromiso y la paciencia de todo un conglomerado de gente que está dispuesta a seguir trabajando por ellos y brindarles una segunda oportunidad de vida.