El objetivo de otorgar nuevos hogares a especímenes del ex-Parque Zoológico Nacional logró concretarse gracias al compromiso del personal del Instituto de Bienestar Animal y por la intervención de entidades fundamentales como el MAG, MARN, Polipet, entre otras. Cada trabajador fue clave para que la logística del proyecto Dignidad Animal fuera un éxito. Rememoramos esta primera fase en el marco del Día Mundial de la Vida Silvestre.
Nervios, ajetreo de veterinarios, biólogos y jauleros, animales resguardados, trayectos largos, trámites en aduanas y ejemplares en nuevos hogares. Esa es la parte más visible de las reubicaciones nacionales e internacionales que llevó a cabo el Instituto de Bienestar Animal entre diciembre pasado y febrero. Pero detrás de ello hay una infinidad de planes, decisiones y personal determinante para que este sueño se hiciera realidad.
IBA logró lo que nunca se había hecho en El Salvador: que decenas de animales fueran movilizados hacia otros espacios y países, a pesar de los exiguos documentos que planteaban cómo hacerlo; porque en décadas nunca se pensó en trasladar (por las razones que fuesen) del ex-Parque Zoológico Nacional a un venado, un gato zonto, una serpiente, un emú o hasta un jaguar, por ejemplo.
Todas las preguntas posibles surgieron entre el equipo veterinario, biólogos y la Junta Directiva de la autónoma: “¿Qué necesito para atrapar a un jaguar?”, “¿debo llevarles comida para el trayecto?”, “¿qué sucede si los niveles de estrés son demasiado altos?”, “¿puedo movilizar entre países a los animales?”, “¿qué permisos necesito?”. Las múltiples interrogantes tenían que meditarse y responderse de la forma más responsable posible para lograr traslados respetuosos.
El equipo veterinario no estaba dispuesto a generar mucha más tensión y fatiga a los animales que decidieron desplazar, pues solo la aprehensión podría provocar el síndrome shock de captura y conllevar a afecciones más graves.
Durante meses, se reunieron, debatieron y planificaron cómo decenas de animales salvajes en cautiverio serían llevados sin mayores sobresaltos a reservas naturales o recintos certificados que les otorgaron un ciclo de vida digno.
Fue así como en cada esquema diseñado surgieron detalles que añadir y cumplir. Y, por supuesto, alguien que los ejecutara. Lo que se pensó que podría realizarse con poco personal se tradujo en una larga cadena de recursos humanos imprescindibles.
“Alejandro López, coordinador de la Unidad de Vida Silvestre, quizá sea la cara más visible; pero aquí entran muchos, desde gente que tiene que ver directamente con un papel hasta aquellos que nos acompañan en la logística. Participamos todos”, explicó el presidente del instituto, el Dr. Javier Vásquez sobre el complejo proyecto de Dignidad Animal.
Así que, además de los médicos veterinarios, biólogos, motoristas, en este proceso también estuvieron presentes asistentes ejecutivos, quienes ordenaron papelería oficial y certificada; ingenieros informáticos, encargados de crear fichas electrónicas para registrar a cada ejemplar; el equipo jurídico, responsable de asesorar y verificar el cumplimiento de las leyes aplicables; auditoría interna, el personal de activos fijos para inventariar los animales zoológicos, entre muchos otros.
De acuerdo con el presidente de la autónoma, en esta sucesión de acciones también hay involucrados externos, donde se ve reflejado el trabajo articulado de la actual gestión del Presidente Nayib Bukele. Así que para que los animales salvajes en cautiverio pudieran ser desplazados sin problemas también se obtuvo apoyo del ministro y viceministro de Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) , Óscar Guardado y Óscar Domínguez, respectivamente; del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN), de la Polipet, del Banco Central de Reserva (BCR), encargados de entregar la Declaración Única Centroamericana (Duca), un documento importante para las declaraciones aduaneras en la región.
“Muchas veces se piensa que solo son cuatro o cinco personas, pero no saben que alrededor somos más de 60 involucrados. Debemos entender que este es un procedimiento que nunca se había realizado en el país. Estamos haciendo algo muy notorio y muchos se asombran de los trasladados, y que ha sido posible por toda esta gran logística”, reiteró el titular.
Toda la organización previa permitió que ocho grupos conformados por distintos animales arribaran a espacios hasta 16 veces más amplios que el exzoológico. Para muchos especímenes, el encuentro con ese nuevo espacio fue tímido. Con reserva -y quizá temor- olían y exploraban esos nuevos y extraños hogares, grandes, enriquecidos ambientalmente o con vegetación natural; muy distintos a los lugares que habitaron por años y en los que ahora podrán tener una vida digna. Ahora, la Unidad de Vida Silvestre estará a la espera de los futuros acercamientos con todos los ejemplares que partieron y así conocer sus estados de salud tras un nuevo porvenir.
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