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Acumulación de animales, un trastorno de salud mental que necesita intervención interdisciplinaria

El hacinamiento de mascotas genera hogares poco funcionales y nocivos, no solo para los propietarios sino también para el vecindario. Esta problemática debe tener una red de apoyo familiar y ser abordada por psicólogos, trabajadores sociales, expertos en salud y bienestar animal.

No solo tienen tres perritos o dos gatitos, los acumuladores de mascotas pueden llegar a tener 70 o más animales de compañía en sus casas, y muchas veces estos espacios son muy reducidos. Y las circunstancias en las que conviven seres humanos y peludos es impactante por los altos niveles de insalubridad.

Pero este problema es mucho más que solo el hacinamiento de animales. De acuerdo con expertos en bienestar animal, la acumulación está asociada a un trastorno mental que se ha desencadenado por algún episodio personal fuerte, como una pérdida de un ser querido, y tiene repercusiones a nivel comunitario y seguridad pública.

Para la subdirectora de Humane Society International-LA y psicóloga costarricense, Grettel Delgadillo, el término “acumulador de animales” tiene una connotación negativa, pues a esta afección se le hace un énfasis personal muy distinto cuando se habla de personas con enfermedades que tienen una manifestación física; por ello, su abordaje es complejo.

“Un acumulador se caracteriza por la urgencia de almacenar lo que sea, y la dificultad que tiene para deshacerse de eso. Lo complejo de estos casos es que los animales retroalimentan emocionalmente, devuelven algún tipo de cariño, nos devuelven un saludo y nos mueven la cola. Eso alimenta más la necesidad de tenerlos que de tener una pila de periódicos”.

Grettel Delgadillo, subdirectora de Humane Society International-LA y psicóloga costarricense.

A lo difícil de despegarse de los animales, se suman otras situaciones que el acumular no percibe: no considera la aglomeración un problema, siempre busca aumentar el número de ejemplares porque tampoco advierte que la cantidad de animales es grande, tiene falta de conciencia sobre lo descuidadas y enfermas que están sus mascotas, no acepta recibir ayuda porque no considera tener una enfermedad, entre muchas otras situaciones

Es por ello que Delgadillo afirma que este problema involucra no solo a psicólogos, sino también a familiares, expertos en bienestar animal, salud pública y social, abogados, entre otros. En Estados Unidos y otros países con más años de experiencia en el tema animalista abordan este trastorno, también llamado Diógenes o Síndrome de Noé, desde lo interinstitucional y de forma interdisciplinaria porque es “demasiado retador”.

Perro rescatado y resguardado en refugio de El Salvador.
Generalmente, las mascotas en situación de hacinamiento están enfermos y tienen cuadros de desnutrición severa. Foto: IBA

Y es que las estadísticas indican que los acumuladores de animales reinciden en un 100 % o en un 99.9 %, ese mínimo margen es porque se ha hecho un abordaje adecuado y se ha tenido una especial red de apoyo. La psicóloga señaló que en casos de acumulación de mascotas es recurrente que haya una solución, pero es efímera porque estas personas usualmente cambian de domicilio y en tres meses aparece una nueva denuncia y llegan a tener incluso más animales que la primera vez que se le intervino.

En este tipo de casos, los propietarios dicen amar y cuidar a sus mascotas, pero no han reparado que los ejemplares están desnutridos, tienen problemas de salud porque ni siquiera pueden proporcionarles las condiciones mínimas de sanidad y atención veterinaria.

El deterioro del hogar es tal que ya no existen espacios funcionales: los perros o gatos han colonizado camas, salas, mesas, gavetas, baños y más; y los hedores de orina y heces inundan también el vecindario y los sonidos (ladridos o maullidos) son insostenibles.

“Lo recomendable en estos casos es una reducción gradual. Y eso es todo un reto para las autoridades porque sé que hay necesidad de maximizar los recursos, y no siempre se tienen todos los recursos para visitar tres o cuatro veces y hacer una intervención. Es importantísimo tener red de apoyo y figuras significativas para esas personas”, añadió la experta costarricense.

La remoción paulatina, así como el análisis individual de los casos, ya que en algunos no será necesario que se remuevan todas las mascotas, así como el seguimiento también son clave en la atención de casos de hacinamiento y reducir así la fatiga emocional que genera esta problemática en todos los especialistas y familiares que intervienen.