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“El Salvador será un referente de Bienestar Animal en la región”: HSI-LA, reconocido organismo internacional referente de la protección animal

Durante tres días, representantes de Humane Society International (HIS) – Latinoamérica capacitaron a más de 70 salvadoreños en temáticas de crueldad y explotación animal, así como en derechos y protección de seres vivos.

Diana Rodríguez, gerente de Programa de Animales de Compañía de HSI, destacó el trabajo realizado por la autónoma a pocos meses de haber iniciado funciones.

La experta conversó sobre la importancia de que un país centroamericanovuelva su mirada al tema de protección de animales en compañía y silvestres, pero sobre todo se interese en comprender que es un asunto que debe abordarse de manera holística.

El Salvador no tenía políticas públicas, instituciones ni estructura para impulsar el bienestar animal, estos son los primeros esfuerzos, ¿qué puede decir al equipo que conforma esta autónoma frente a los retos de transformar a la sociedad en dicha temática?

Felicito las iniciativas no solo del Gobierno, sino de las instituciones involucradas en esta labor titánica de la creación del Instituto de Bienestar Animal. Parece ser una labor gigante, de pronto un poco inmanejable, pero reconocer la importancia que tiene el bienestar animal en la vida de los animales y personas fue el primer paso, y el más importante.

Puedes ver otros gobiernos que ya tienen un camino recorrido, pero cuando comenzaron seguramente estaban como ustedes, entonces es muy loable que este componente de bienestar animal no solo esté en la legislación, sino que empiece a tener un impacto en la forma en cómo las personas se comportan frente a los animales.

¿Cómo HSI guía a gobiernos en cuanto a la transformación y sensibilización de una comunidad o población sobre bienestar animal?

Dar reconocimiento al bienestar animal es el primer paso y es uno de los múltiples componentes en este esfuerzo articulado. Debemos entender qué necesitan las comunidades y por qué se están dando los problemas que se están dando.

No solamente es la sobrepoblación canina, sino también cómo se sienten las personas con respecto a los animales, entendiendo que los cambios pueden ser progresivos y hasta generacionales. Hace 30 años se veían a los animales como cosas, y poco a poco ha dado un salto importante en reconocer que sienten, sufren y que generan situaciones que nos dan armonía.

Es un esfuerzo no solo veterinario, sino que incluye a trabajadores sociales, a un componente educativo, es informativo, de legislación, donde ustedes ya arrancaron.

Si hacen un ejercicio de comparación, ustedes están más avanzados porque hay países que ni siquiera tienen legislación, pero hay otros súper avanzados en implementación de la legislación, que no solo multan, sino que los ciudadanos respetan.

¿Cómo se logra ese cambio de comportamiento en las personas?

El comportamiento humano es muy complejo, pero eso no significa que no pueda haber cambios positivos. Creo que los principales cambios llegan cuando se ven los resultados en una pequeña comunidad que empezó a tomar ciertas iniciativas pequeñas y han visto los beneficios.

Es multiplicar esas iniciativas. Es un trabajo que tiene que ser colaborativo y articulado entre las entidades de Gobierno, la academia, el gremio veterinario, los medios de comunicación y las personas.

Es una suma de sinergias para ver resultados, una construcción de esfuerzos y lecciones aprendidas para saber qué estamos haciendo bien y qué mal, qué podemos mejorar. Es un poco poder entender por dónde empiezo, como cuando piensas ¿educo o esterilizo primero?

Según su experiencia, ¿qué debería ser lo primero: educar o esterilizar?

No hay como una fórmula magistral porque tú podrías decir que solo necesitas esterilizar, pero resulta que la raíz del problema radica en lo que la gente piensa de cómo se debe tener un animal.

Por eso es importante entender lo que piensan las personas con respecto a los animales: lo tengo porque me cuida a la casa, porque me hace compañía o simplemente porque debo tenerlo.

Entendiendo el rol de los animales en las vidas de las personas, se logran sinergias y beneficios. Es una dinámica extensa, pero importante porque tiene impacto en nuestros esfuerzos.

Es una construcción de entendimiento de qué se necesita en cada animal. Puede ser que en un lugar lo primero que se necesite primero esterilizar, y en otro, atender la sarna.

¿Cuál considera que fue el punto de inflexión para que hubiese un cambio en las sociedades hacia los animales?

El punto de quiebre fue cuando los científicos comenzaron a ver los impactos en la crianza y en el confinamiento de animales, para entender que no solo se estaba vulnerando su esencia como animal sino como esto influía en su comportamiento.

Allí empieza ese tema de investigar si lo tengo confinado todo el día, cómo perjudica esto la producción de leche o huevos, etcétera, etcétera… Es un componente científico importante, y sabes que las personas a veces no creen hasta que no comprueban. Entonces, ya un comité científico hay que decir que los animales sienten, perciben el dolor, la angustia, la incomodidad, el hambre, la sed, tiene peso.

Y eso ha ido calando en el tiempo, y generando un efecto de mayor conciencia. También ha cambiado la percepción de las organizaciones en querer trabajar en estas temáticas, quiero enseñarle a la comunidad y al mundo que los animales sienten.

El avance en reconocer los vínculos con los animales no importa el rol que tengan: de consumo, de compañía, de entretenimiento, cómo eso ha ido trascendiendo en la forma en cómo nos comportamos con ellos.

Diana Rodríguez durante su intervención en El Salvador. Fotos: BA / M. Peñate

Comparando con otros países a nivel regional, ¿cómo observa el tema de bienestar animal en El Salvador?

Es de celebrar que venga desde una iniciativa de Gobierno. Ya hay una Ley de Protección y Bienestar Animal, no es un decreto ni una resolución, y no es que no sean importantes, pero es que hablar de una ley significa que tiene cobertura nacional.

El tema de las comparaciones es relativo, como he dicho, hay gobiernos que tienen más temas avanzados, pero es que ustedes se están sumando a ese grupo de gobiernos que reconocen la importancia de bienestar animal.

Suiza es un referente, y seguramente El Salvador se convierta en un referente de la región. Cada vez más países se suman a un esfuerzo mundial de reconocer que esta temática es importante no solo para los animales, también para las personas y el ambiente.

¿Y cuál es esa importancia entre sociedad y animales?

Yo creo que es la interacción con cada uno de estos elementos en nuestra cotidianidad: los que comen carne, los que necesitan a los animales para llevar un bulto de zanahorias a su casa, aquellos que los usan como trabajo o a los que hacen compañía.

Tiene que ver con la cotidianidad de nuestras actividades como seres humanos, pero adicionalmente de los vínculos que generamos con los animales.

Habló de países avanzados en esta materia, en ellos, donde hay políticas fuertes en la industria de alimentos y cosméticos y donde la sociedad está concientizada, ¿qué más hay por trabajar?

Yo creo que el tema nunca termina, sea que haya avances considerables en el trato de animales. Pero no significa que otras especies de animales no estén sufriendo, te hablo de las fábricas de pieles de animales, de la experimentación en animales, del comercio de fauna silvestre. No significa que estos países porque tengan avances en ciertos aspectos tengan una calificación 10 en bienestar animal. La sociedad en general está, permanentemente, tratando de construir un mejor presente para que haya un mejor futuro.

Equipo del Instituto de Bienestar Animal durante las conferencias de HSI.